*Lamentó la desaparición del programa de infraestructura indígena, lo cual tendrá un impacto negativo en las comunidades y pueblos indígenas del país.
El diputado federal Marcelino Rivera Hernández, se proclamó encontrá del paquete económico para el ejercicio fiscal del año 2020, el cual fue entregado el día de ayer, destacando que su postura será firme en no aceptar el recorte a los pueblos indígenas de México, ya que el presupuesto del 2019 , destinado a los pueblos indígenas fue de $ 6.000,574,613, mientras que para el año 2020, la propuesta del ejecutivo se reduce a $3.562,717,700, lo cual impactará de manera negativa a los pueblos y comunidades indígenas.
El legislador federal, señaló,- “Desgraciadamente al Poder Ejecutivo Federal encabezado por el Presidente Andrés Manuel López Obrador ha eliminado del presupuesto para el Instituto Nacional de Pueblos Indígenas el rubro del Programa de Infraestructura Indígena con el cual se hacían obras como carreteras, sistemas de agua, drenajes, que en el año 2019 que está transcurriendo fue de $ 2,362,117,433.00 y hoy simplemente le da un tijeretazo y desaparece el programa que apoyaba con obras a las comunidades más alejadas y vulnerables”.
Rivera Hernández, puntualizó que, con esta acciones, el gobierno federal, demuestra que al presidente se le está olvidando la gente más desprotegida, “Daremos la lucha por tratar que haya un mayor presupuesto para él INPI”.
Recalcó que si bien el sexenio pasado no se caracterizaba por ser un gran impulsor de los pueblos y comunidades indígenas, el actual deja mucho que desear, es incongruente con lo que dice y realmente hace ya que han sido los más vulnerables los que por el tema de la austeridad, han sufrido más sus consecuencias”.
El secretario de la comisión de Pueblos Indígenas, lamentó que en lo que va de este gobierno, se hayan aplicado recortes a programas sociales como el de las estancias infantiles, falta de medicamentos contra el cancer infantil, albergues para mujeres, y ahora el referente a los indígenas, ello aunado al rezago y abandono que ya tienen de por sí, y se deja con poca capacidad financiera al Instituto Nacional de Pueblos Indígenas para cumplir con las atribuciones que le confiere la Ley.