El Senador Marco A. Gama Basarte (PAN), manifestó que la reforma por la que se aprobó la revocación de mandato en México, no trata de abrir canales de participación a la sociedad, sino de deformar la democracia, institucionalizar el culto a la personalidad y favorecer las condiciones que permitan que una persona con nombre y apellido se regodee en el poder y con cada vez menos límites.
“La reforma impondrá a la siguiente elección presidencial y a las elecciones locales, un elemento de inequidad y parcialidad, porque el cargo de mayor jerarquía y acceso a los recursos públicos estara en campaña permanente desde el poder como punta de lanza en favor de los candidatos de su partido”, explicó al dar a conocer las razones por las que votó en contra de la revocación de mandato.
Asimismo, el senador potosino dijo que no debe perderse de vista que el actual presidente fue electo y juró su cargo por seis años, no prorrogables, ni disminuibles. “6 años, ni más, ni menos, por lo que reformar la Constitución para ser sujeto de la misma, en el periodo en que se aprueba, constituye un abuso de poder y de dictadura de las mayorías”, sentenció.
Gama Basarte detalló que la finalidad de la reforma es tan aviesa como inaceptable, “lo que se pretende de forma latente, es capitalizar política y electoralmente toda la exposición y promoción mediática personalizada que el titular del Poder Ejecutivo realiza a favor de su partido y que de por sí, se apuntala en un estilo personal de gobernar profundamente clientelar, que se sostiene sobre la creación de programas mal llamados sociales, y que no son otra cosa que esquemas de transferencias económicas directas, sin corresponsabilidad, metas, indicadores, ni transparencia”, añadió.
Sostuvo además que al aplicar la reforma de manera directa a quien ha expresado su interés en que sea aprobada e incluso que amagó con realizarla aún si eso no ocurriera, convierte al dictamen en un instrumento que en realidad es una ratificación de mandato y no una revocación. “Grave problema conceptual, porque se confunde una consulta deliberativa con una reafirmación gubernamental, lo que abriría la posibilidad a que se pida ese mismo ejercicio, pero para proponer la prolongación del mandato presidencial”, precisó.
Añadió que aunque no se pueda afirmar que esta reforma sería el vehículo para que el presidente busque la reelección, tampoco puede descartarse, en virtud del comportamiento habitual del presidente respecto de los otros poderes, los organismos con autonomía constitucional o técnica, porque al insistir con tanta vehemencia en este tema, lo que provocan es confirmar que este asunto es una prioridad incubada en Palacio Nacional, cuando las verdaderas demandas ciudadanas pertenecen a una realidad completamente diferente.
“Estoy convencido de que, además, vulnera los derechos políticos de quienes votaron y eligieron a un presidente de la república por 6 años. Una reforma de esta naturaleza, de ninguna manera puede aplicarse a quién fue electo en condiciones totalmente distintas. La revocación de mandato debe aplicarse solamente a quien sea electo, sabiendo de antemano que esa posibilidad existe y está permitida en la Constitución. Aplicarla de forma retroactiva, vulnera la voluntad popular que ya se expresó y contradice la supuesta importancia que le da este gobierno a la voz del pueblo”, indicó por último.
