PARA LA FEDERACIÓN, SERÁ NARANJA, PERO EL ESTADO DECIDE SEGUIR EN ROJO
San Luis Potosí tendrá para la semana entrante dos semáforos COVID-19, uno rojo, el emitido por las Secretaría de Salud estatal, de máximo riesgo; y el federal, que pone a la entidad en nivel naranja, con un nivel epidémico alto.
Durante la presentación del semáforo nacional, en la conferencia vespertina de la Secretaría de Salud federal, Ricardo Cortés Alcalá, director general de Promoción en Salud de la dependencia federal, indicó que hubo un cambio en la evaluación de factores del semáforo, en el que se abandonó el criterio de máximo riesgo, en el que bastaba la existencia de uno de los indicadores en rojo para declarar en ese color al estado, por un sistema de ponderación del peso de los factores, con una mayor preponderancia a la capacidad hospitalaria.
Así, aunque San Luis tenía en la matriz federal dos indicadores en rojo, el de tendencia de casos hospitalizados y de casos con síndrome COVID-19, ambos al alza, el resultado final es Naranja.
En verde estaba el indicador de capacidad hospitalaria, que estaba al 20% y el de positividad se ubicó en el nivel naranja.
Sin embargo, por la mañana, durante la conferencia de prensa de la Secretaría de Salud estatal, la titular Mónica Rangel, señaló que los datos al alza de varios indicadores, que los ponían en rojo, obligaban a declarar que la semana entrante permanecería ese color, debido a que se seguía con el criterio de “máxima precaución”.
Así, dijo, sólo las actividades esenciales y sustantivas serán permitidas, quedando en suspenso las gubernamentales, las escolares, las recreativas y culturales.
Cortés Alcalá, al referirse al caso específico de San Luis, hizo notar que si bien en el semáforo federal aparecía en naranja, el gobierno estatal podría decidir mantener las medidas, como “si estuvieran en rojo”. El estado indicó que la autoridad local tomará las decisiones pertinentes para salvaguardar la seguridad sanitaria de los habitantes.
Con información de Jaime Hernández / PULSO.
