Profundamente indagando José Luis Romero Calzada ha insultado a sus compañeros de partido llamándolos “maricones”. Se siente traicionado y abandonado a su suerte en esa guerra santa que ha emprendido para echar a los infieles de Palacio Municipal.
En un arrebato de ira, provocado por la humillación que sufrió el pasado 9 de marzo cuando fracasó de manera estrepitosa en su intento de tomar la Unidad Administrativa, el excéntrico diputado se rasga las vestiduras y maldice su suerte.
En sus locos desvaríos convocó a una insurrección ciudadana contra los Gallardo. Nadie le hizo caso. Sus afanes provocadores naufragaron y fue deshonrado públicamente. Quedó claro que no tiene liderazgo, que es un tigre de papel.
Tarde se ha dado cuenta que lo han estado utilizando para hacer el trabajo sucio.
Todo comenzó aquel 11 de febrero de 2017 cuando tomó protesta ante el Consejo Político municipal como coordinador metropolitano del PRI. El encargo era hacer crecer a este partido en las preferencias electorales. Tekmol no fue capaz de intuir que lo estaban mandado al matadero. Que se querían deshacer de él por indeseable.
La trampa fue minuciosamente construida. Con sutileza y perversidad se le hizo creer que si tenía éxito tendría garantizada la candidatura por el primer distrito federal electoral con cabecera en Matehuala. Eso era lo que él más deseaba.
Aquel sábado en su toma de protesta el gobernador en su calidad de primer priista del estado, dio la bienvenida al nuevo comandante en jefe del priismo capitalino: “Necesitamos gente combativa y de batalla, y la tenemos. Por eso agradezco a José Luis Romero que haya aceptado este nuevo cargo. Nos va a sacar adelante y se lo vamos a agradecer”. Observando desde una butaca del auditorio Plutarco Elías Calles, “El Caco” sonreía irónico y siniestro al comprobar que el Tekmol había mordido el anzuelo. Ahora sólo había que esperar a que la naturaleza estrafalaria de Romero Calzada surgiera para consumar el complot.
Hoy somos testigos del desenlace de esta tragedia que traerá como consecuencia el fin del diputado Tekmol. El paso que sigue es su derrota en el segundo distrito federal electoral ante José Luis Fernández, actual presidente del PRD.
Romero Calzada tendrá que buscar nuevos horizontes. Flaco, ojeroso y sin ilusiones buscará el cobijo de Manuel Barrera, su aliado y cómplice.
Psicología y Política.
¿Cómo entender el extraño comportamiento de algunos personajes de la vida política?
Las explicaciones tendrán que venir de la psicología y no de la ciencia política. Veamos.
De entrada es reconocido que la naturaleza de los hombres está compuesta de fantasías, miedos, deseos reprimidos, prejuicios, traumas, creencias, actitudes y quimeras. Subjetividades que a fin de cuentas habitan en el inconsciente del individuo y acaban modelando su personalidad.
“La personalidad es la “máscara” que enseñamos afuera; una estrategia para ocultar algún aspecto interno y conseguir mejor aceptación social o, simplemente, para preservar una idea más valorizante de nosotros mismos”. (Tomado de Gabinete psicológico, en Madrid Capital).
De acuerdo con el libro Maquiavelo&Freud. Psicología para Cambiar la Política hay por lo menos los siguientes tipos de personalidad política: Autoritaria, Narcisista, Manipuladora, Obsesiva, Paranoide y Totalitaria.