* Se ilusionaba con la alfombra verde, con ser el Gusano Nápoles.
Ahí estaba Jorge Antonio Guerrero, antagonista en la película Roma, sentado a sus 20 años en las gradas del estadio Neza 86. Tenía el Fausto de Goethe en las manos, y decidía entre quedarse en el futbol o elegir la actuación.
Tenía 20 años cuando todavía había una chance de intentarlo en Primera A. Estaba en el Neza 86, con el Atlante UTN, el equipo de la Universidad Tecnológica de Nezahualcóyotl. Ahí me fui a probar un rato, me recibieron muy bien, estuve entrenando, pero ya tenía otras ideas”, recuerda Antonio Guerrero, el actor mexicano que ha participado en dos largometrajes, uno de ellos Roma.
No recuerdo qué pasó antes o después, pero hubo un momento en las gradas del estadio Neza 86 en donde pensé: Di por dónde wey, decide ahorita qué quieres hacer. Era el momento de elegir. Estaba leyendo a Fausto. Recuerdo que ese libro me abrió el camino a un proceso mortuorio de mi familia, de mi padre, era un libro que me estaba marcando. Es complejo explicarlo, porque fue un proceso intuitivo, tomé las señales que encontré a través de la literatura y dije ‘ya está’, tomé una decisión. Sabía que le podía echar muchas ganas y que por lo menos de banca me pude haber quedado, pero les di las gracias, me salí del estadio”, cuenta el actor al que le han negado en tres ocasiones la visa para entrar a los Estados Unidos.
Jorge Antonio Guerrero es actor. Fue el Soldado Tello en la serie de Luis Miguel, es Fermín en el film de Alfonso Cuarón y será uno de los personajes en la próxima serie que narrará la historia de Colosio.
Antes de estar frente a las cámaras, se ilusionaba con la alfombra verde, con ser el Gusano Nápoles, se lampareaba con los pases de Antonio Mohamed o la velocidad de el Pony Ruiz. Quería la playera de las Chivas, corría por la banda izquierda, su sueño era ser futbolista.
Un experto con los chacos y el box Jorge Antonio Guerrero tiene experiencia en box y artes marciales, las cuales comenzó a practicar con mayor frecuencia tras el fallecimiento de su padre. Para su papel como Fermín en Roma, el actor practicó hasta ocho horas diarias con los chacos y otros instrumentos que se utilizan en las artes marciales
Le voy a las Chivas por herencia familiar, mi abuelo le iba al Rebaño, mi papá también. Se fue mezclando todo, recuerdo al Gusano Nápoles, recuerdo muy bien la final contra Toros Neza, cuando Chivas le ganó la vuelta. Era el Toros Neza de Antonio Mohamed, del Pony Ruiz, me encanta ver el buen futbol. Ahí aprendí que cuando hay entrega y trabajo salen cosas muy buenas.
En algún momento me probé con las Chivas. Tuve chance de competir en torneos con jugadores que se convirtieron en profesionales, como el Chícharo, en una Copa Chivas, y también recuerdo que enfrenté al Tepa Solís, entre otros. Esa vez fui al Atlante UTN, fui a Neza porque sabía que ahí estaba la Primera A y no quería irme muy lejos, quería probar, pero la intuición me llevó por otro lado”.
El Soldado Tello, como se dio a conocer en la serie de Luis Miguel, soltó el balón y lo cambió por la poesía y el Wing Chun, el box chino que practicaba Bruce Lee. Para sí mismo se leía los poemas de César Vallejo o Rubén Bonifaz Nuño, en su cabeza ya no había nombres de futbolistas o equipos de futbol. No. En su mente retumbaban los versos del Poeta a la amada y Cuál es la mujer que recordamos. Tenía la necesidad de recitarlos en voz alta. Lo hizo en el Metro.
Me di la primera oportunidad como actor en el Metro. Estudiaba literatura en la UAM, letras hispánicas, me iba por la línea ocho. En ciertas horas no hay mucha gente y me daba cuenta que la poesía leída en voz alta tiene un efecto agradable. Entonces dije, ‘esto porqué no lo decimos, porqué no lo compartimos’. Me lanzo, lo empiezo a hacer en el Metro y ahí mismo conozco gente de teatro”, comparte el intérprete de Fermín, que en la película de Roma se niega a responder por el embarazo de Cleo (Yalitza Aparicio).
Gracias al Metro se empiezan a hacer los enlaces con mucha gente, y tenía en mente un acto unipersonal con el sincretismo que hay entre el Kung Fu y la poesía. Entonces sale una obra de teatro muy bonita. Siempre tenía metas, una de ellas es que mi voz llegara a todos los rincones del vagón. Empiezo a tomar talleres y en uno conozco a Luis Rosales, director de casting de la película Roma. Me pregunta si me puede tomar unas fotos, me habla del personaje de Fermín y de lo que hacía. Lo que me dice es que Fermín usa los chacos, no todos se dan la chance de manejarlos y cuando me menciona eso, más el nombre del personaje, me conquista”.
Jorge Antonio Guerrero, actor mexicano de 26 años con participación en las películas Réquiem y Roma, así como las series de televisión Luis Miguel y Narcos participará en un filme dedicado al asesinato de Luis Donaldo Colosio.
En Roma, Fermín aparece en una escena desnudo y hace algunas maniobras con el palo del cortinero del baño. Le cuenta a Cleo: “Le debo la vida a las artes marciales. Yo crecí con muchas carencias, ¿sabes? De chamaco, cuando mi mamá se murió, me llevaron a vivir a Neza. Allá con mi tía. Y entre que mis primos me madreaban y que las malas compañías, que empiezo a tomar y el chemo, me andaba muriendo, pero descubrí las artes marciales y todo tiene foco”. En la vida real, Fermín es Jorge Antonio Guerrero y empezó a practicar las artes marciales para acabar con el coraje que generó después de la muerte de su padre, y en Nezahualcóyotl le dijo no al futbol para ser actor.
En esa época estaba terminando la preparatoria abierta. Seguía con esa intención de ser futbolista, al mismo tiempo quería terminar mis estudios, estaba trabajando. Dije, vamos a intentarlo una vez más, sabía que tenía capacidad y que algo se había formado durante algún tiempo, pero yo quería hacerle más caso a la otra intuición, que me iba a llevar a esto, a ser actor. Al final sigo jugando futbol en mi cabeza, sigo haciendo lo que me gusta, pero cambié de cancha”.