Los recuerdos de sus grandes travesías, quedaron reducidas a fierros viejos, olor a aceite, cristales reventados y una enorme grieta que lo partió por mitad, debido a la fuerza con la que lo golpea el oleaje.
Así quedó el Enchanted Capri, mejor conocido como El Capri, o como algunos lo llaman “el barco fantasma”, embarcación con bandera rusa, armado en 1975, encallado en las costas del municipio de Alvarado.
El Capri fue trasladado en 2020 al Astillero de Coatzacoalcos, donde iba a ser desmantelado, pero fue redireccionado al puerto de Tampico, Tamaulipas, donde no pudo llegar, debido a las fuertes rachas de viento de un temporal que lo estacionaron en la playa de La Trocha.
El barco ahora es destino de turistas y curiosos que buscan conocer cómo es una embarcación. Los visitantes caminan tres kilómetros por la orilla de la playa para llegar al coloso, debido a que en vehículo es imposible.
Durante sus años de servicio, El Capri fue ferry de la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas (URSS), fue crucero para Estados Unidos, y en su ocaso fue barco-hotel para los trabajadores de la sonda petrolera de Campeche.
Contaba con un glamoroso casino, restaurante, gimnasio, área de alberca, camarotes de lujo y hasta un helipuerto.
Jaime Zamudio lleva dos años “chatarreando” en la embarcación, junto con más de 20 personas que a diario trabajan de las nueve de la mañana a las seis de la tarde, contratados por una compañía.
“Ya llevamos un par de años y no le vemos avance, pero de unos meses para acá viene mucha gente. Quiere subir, conocer el barco fantasma, porque según espantan. No me han asustado y ya cuando viene la gente, pues les damos un recorrido”, explica.