ARZOBISPO DE SAN LUIS POTOSÍ PIDIÓ A DIOS QUE NO SE ACEPTE EL TEMA DEL ABORTO.
LA SANGRE DE UN INOCENTE CLAMARÁ AL CIELO Y DIOS NOS PEDIRÁ CUENTAS DE ELLO.
Pido a Dios que no se acepte el tema del aborto, porque es bien sabido que la Iglesia siempre ha defendido la vida desde la concepción hasta la muerte natural, y lo seguirá haciendo en todo momento y en toda circunstancia.
Así lo señaló el Arzobispo de San Luis Potosí, Monseñor Jorge Alberto Cavazos Arizpe, ante la ola de opiniones encontradas a favor y en contra del aborto, a partir del pronunciamiento que dio a conocer la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN) de que se legisle a nivel federal.
La Iglesia no está de acuerdo en que se despenalice el aborto por ninguna causa, ni siquiera en el caso de violación.
Cavazos Arizpe dijo que “todos y cada uno de nosotros tenemos la seria responsabilidad de defender la vida, porque ya se ha comprobado que el aborto no es una solución acertada, ni correcta, ni idónea para nadie, pues debemos apostarle a la vida; debemos estar muy conscientes de que la vida misma ya es un derecho y todos tenemos derecho a la vida, a nadie se le puede quitar porque es un don de Dios y sólo Él sabrá cuando nos la quita, lo digo por enésima vez”.
“No podemos dejar de respetar la vida y dejar que se ponga en juego la vida de un ser inocente, pues su sangre clamará al Cielo y Dios nos pedirá cuentas de su vida y de su sangre”.
La Vida es el don más preciado que Dios nos dio. Cuando ya hay una vida que existe en un vientre, hay un nuevo ser, al que no tenemos derecho a quitarle la vida, ya es un ser humano que tiene el derecho de nacer”.
“La vida es un regalo divino y no podemos imponerle a Dios que nos quite ese don, y menos acabando con la vida de otro ser que está por nacer y que tiene derecho a la vida”.
“Dios nos manda respetar, amar y defender la vida, porque desde nuestra fe y como ciudadanos también, tenemos que respetar el don de la vida”.
“Le pido a Dios que todos respetemos nuestra vida, desde la concepción, desde el seno materno, hasta la muerte natural, porque la Iglesia cree en un Dios vivo, en un Dios que nos concede el don de la vida, y no nos corresponde a nosotros segarla y precisamente las leyes deben estar para defender la vida de todo ser humano, que es un derecho que cada ciudadano tiene”.
“Ojalá no lo olvidemos nadie, porque entonces no seríamos coherentes con nuestra fe y el aborto también es violencia e inseguridad en un nuevo ser humano que tiene el derecho de nacer”.
Concluyó enfatizando que no se debe enaceitar el tema del aborto por nuestra fe y por la vida de un ser humano, que es lo que más vale.