LE DICTARON PRISIÓN PREVENTIVA.
A poco más de 24 horas de la detención de Ovidio Guzmán, uno de los hijos del Chapo Guzmán más buscados por Estados Unidos, el estado de Sinaloa no ha logrado recuperar la calma totalmente tras la ola de violencia, mientras que el capo se mantiene en prisión preventiva y ha recurrido a amparos para evitar su extradición.
Tras su captura, el también conocido como “El Ratón” fue trasladado al Centro Federal de Readaptación Social número 1 del Altiplano -conocido como el penal de Almoloya-, ubicado en el Estado de México, donde también estuvo recluido su padre, quien se fugó de ahí en 2015.
Luego de la audiencia de este viernes, el juez federal Gregorio Salazar ordenó prisión preventiva para el presunto narcotraficante y fijó un plazo de 60 días para que EU presente los documentos necesarios para su extradición.
Sin embargo, horas antes un juez de Ciudad de México concedió un amparo para frenar su extradición inmediata, además de concederle otro amparo para evitar la incomunicación del narcotraficante, lo que le permite contactarse con sus familiares y abogados defensores.
ALEGAN DEPRESIÓN Y ANSIEDAD.
En medios trascendió que la defensa de Ovidio Guzmán López alegó que el capo padece depresión y ansiedad, además de que se recupera de una cirugía, aunque no se especificó el motivo de la intervención.
Ante esta situación, los abogados del presunto narcotraficante solicitaron que se le suministren sus medicamentos para tratar sus diversas enfermedades.
Sin embargo, el juez afirmó que se realizarán los estudios necesarios al capo para determinar si se le otorgarán los fármacos que la defensa solicita.
REGRESO A LA NORMALIDAD.
La detención de Guzmán la madrugada del jueves derivó en una jornada de violencia en Sinaloa, especialmente en Culiacán, Los Mochis y Mazatlán.
Los bloqueos de carreteras con vehículos incendiados, las agresiones armadas, el cierre de aeropuertos y la suspensión de actividades empresariales y escolares recordaron al “culiacanazo”, los sucesos violentos acontecidos en Sinaloa en 2019 tras la primera detención del narcotraficante, que fue puesto en libertad por orden del presidente mexicano, Andrés Manuel López Obrador, para evitar muertes civiles.
No obstante, este viernes, el gobernador de Sinaloa, Rubén Rocha, enfatizó en una rueda de prensa que ya existían las condiciones de regresar a la normalidad en Sinaloa.
“No hay bloqueos activos que estén bajo el mando de gente armada, tenemos todavía algunas vialidades (afectadas), porque ha sido imposible, no tenemos, por ejemplo, la capacidad de mover un tráiler en la carretera”, explicó.
Afirmó que López Obrador le refrendó su apoyo y que se desplegarían 3.500 militares, que se quedarían hasta que las condiciones de seguridad mejoren.
“Vamos a tener aquí esa presencia, no queremos tampoco instalar un estado de sitio, queremos simple y llanamente las condiciones con la prudencia debida y la discreción también debida para que podamos estar en condiciones normales”, dijo.
En tanto, los aeropuertos de Culiacán, Mazatlán, Ciudad Obregón y Los Mochis reanudaron sus operaciones este viernes luego de haberlas suspendido la mañana del jueves debido a la violencia que se desató.