LA INCERTIDUMBRE LABORAL ES UNA PREOCUPACIÓN MÁS QUE DEJA LA PANDEMIA, EN ESPECIAL A LOS INFORMALES. EL EMPLEO ES UNA DE LAS GRANDES VÍCTIMAS DEL COVID-19 EN TODOS LOS PAÍSES QUE LIDIAN CON LA EXPANSIÓN INFECCIOSA, EL MUNDO ENTERO Y A TODOS NIVELES.
La incertidumbre laboral es una de las situaciones más palpables de la pandemia por el coronavirus.
El trabajo desde casa es privilegio que algunas empresas otorgan a sueldo completo, otras labores que no pueden realizarse a distancia, suponen para quienes dependen económicamente de ellas, dejar de percibir el ingreso, dejar de pagar deudas o limitar la compra de artículos de primera necesidad.
A Liliana, quien presta servicios de limpieza en viviendas, hace dos semanas su empleadora le pidió no asistir, suponía un riesgo para ambas, porque Liliana en su trayecto al trabajo, aborda dos rutas de transporte urbano y debe caminar otro tanto.
No sabe cuánto tiempo se extenderá la situación, aunque hasta ahora le han pagado el aislamiento, sabe que hay un límite. Si la contingencia se prolonga por más semanas, las dificultades económicas serán generalizadas.
El último día que prestó servicio, recuerda que le solicitaron utilizar cubre bocas, “desinfecté, acabé mi labor y me retiré. Al día siguiente me dijeron que no me presentara (…) que ya veíamos la siguente semana. Se llegó la siguiente semana y yo pregunté un día antes para acomodar mi día y me dijeron que no asistiera pero que no me preocupara que me pagarían y sí, sí me pagaron”.
A su familia de tres miembros, afortunadamente también aporta económicamente su pareja; el ingreso de él sirve para pagar deudas y el de ella para gastos de comida, si deja de percibirlo, no ha contemplado formas de sustituirlo, al contrario, ha pensado que tendrían que dejar de pagar las deudas para comprar alimentos.
Su mamá no tuvo tanta suerte; no realiza limpieza, pero plancha ropa para una familia, cuando inició la contingencia, un día, sin mayor información, le pidieron que ya no se presentara.
A Berenice, editora para una revista impresa, la enviaron a trabajar desde casa con medio pago, la decisión de sus empleadores no consultó compromisos financieros de las y los trabajadores, tampoco hay claridad del tiempo en que estará vigente la medida.
Ella admite que en medio de la crisis no hay forma de renunciar y conseguir otro empleo, por lo que piensa que sus superiores aprovecharon este factor a su favor.
“Nos dijeron que era una medida económica ante la contingencia, que no iban a podernos pagar el sueldo completo porque tenían qué prevenir gastos operativos (…) nos aumentaron la chamba, nos dijeron que teníamos qué dar más vista a la página para que se vendiera más porque dependemos de eso (durante un tiempo la revista no se imprimirá). Básicamente apelaron a nuestros buenos corazones para soportar la crisis”.
Con su ingreso, Berenice paga renta, servicios y alimentos para ella y su mascota, y ante el descuento del 50 por ciento no cuenta con una opción. Cree que la medida es ilegal, pero desconoce si hay alguna norma que permita a las empresas el implementar estas medidas en situaciones como las que hoy se viven.
Maura, es auxiliar administrativo de una empresa con sucursales a nivel local, sus empleadores implementaron un “home office” escalonado para que haya menos gente en la oficina, tiene que acudir cada tercer día, pero ante el cierre de las sucursales, el trabajo descendió drásticamente por lo que se siente improductiva.
Ella sí fue notificada que en caso de que se decrete Estado de Emergencia podrían reducirles el sueldo al mínimo.
MENOS TRABAJO, MENOS INGRESO
Dinorath Peralta, abogada laborista, menciona que es ilegal que las empresas recorten el sueldo a su fuerza laboral, pues en en la ley se contempla dejar de presentare a trabajar con goce de sueldo en caso de contingencia sanitaria.
“Enviar a la gente a su casa sin sueldo es incumplimiento de las obligaciones patronales, ya varios expertos en materia laboral han manifestado que ese caso cae en el supuesto de despido injustificado, ya que es una decisión unilateral del patrón”.
Recordó que hace unos días el presidente, Andrés Manuel López Obrador, emitió un decreto para enviar a “descansar” con goce de sueldo a personas en riesgo ante el contagio de COVID 19, sin embargo éste se cumple de manera discrecional por parte de las empresas y no hay presencia del Estado para multar el incumplimiento de esas normas.
La vulneración más grande ante la contingencia la tienen personas que trabajan en la informalidad como es el caso de personas trabajadoras del hogar.
Dinorath Peralta, refiere que en estos casos el incumplimiento de la ley es aún más difícil de vigilar. “La inscripción al Seguro Social sigue siendo una de las demandas más sentidas para este sector, junto a trabajadoras y trabajadores del campo, por la naturaleza del trabajo y la marginalidad que las cadenas de producción imponen, son un par de los trabajos especiales que están más desregulados”, lamentó.
Con información de PulsoSLP, domingo, 29 marzo 2020.