Cada fin de semana, toca lavado de ropa. Como la lavandería esa fuera del departamento ( hay dos en cada piso) Tengo un sistema que me ha resultado muy práctico; pongo dos lavadoras, establezco un temporizador en mi celular, y comienzo con otros trabajos de orden y limpieza en casa mientras llega el momento de pasar la ropa a las secadoras. Y luego, otro tanto mientras se seca y llega la hora de doblar y guardar.
Así, para cuando la ropa está lista, mi casita también. Y entonces ya puedo bañarme, o leer, o bajar a la piscina ahora que está el clima tan agradable, o salir, o lo que se me antoje.
Normalmente este sistema me funciona muy cronometrado. Pero, las cosas no siempre van a salir como las tienes planeadas, ¿Cierto?
Hoy, las dos primeras lavadoras que puse a trabajar, no terminaron el ciclo. ¡Las dos! Se detuvieron antes de exprimir, dejando mi ropa limpia (al menos) pero empapada.
Llamé a la empresa de lavado, pero por supuesto que el reporte no será atendido de inmediato, lo que significa que mientras tanto tengo que resolver el tema de la ropa mojada.
Fui a buscar mis guantes de cocina, exprimí cada prenda lo mejor que pude y las metí a la secadora. Al terminar el ciclo, seguían mojadas, aunque menos. Y para entonces ya no tenía más cuartos de dólar, que es como se paga cada servicio de lavado.
No me quedó más remedio que tender las sábanas en mi sala, usando los muebles para suspender las prendas en el aire, y el resto en mi balconcillo (lo siento mucho, vecinos), y mientras todo se seca, me he venido a la alberca, a tomar un poco de sol, a fabricar unas cuantas reflexiones y derramarlas en sus correspondientes letras.
Por allí leí que siempre al levantarte, hagas tu cama, antes que cualquier otra cosa. Que es la mejor manera de comenzar el día. Y recuerdo que la lista continuaba. Así que aprovecho para elaborar la mia.
¿Que sigue?
Respira y agradece, ¡ESTAS VIVO!
Borrón y cuenta nueva, comienza tu jornada sin agobiarte por las cargas de ayer.
Organiza tu día. Haz una lista de los pendientes y trata de apegarte a ella.
Si no lavaste los trastes la noche anterior, lávalos ahora, no dejes que se acumulen. Si no te da tiempo, déjalos en remojo, ya es un avance.
Esta lista puede crecer y variar, es personal para cada uno. Pero sobre todo, si estás PRESENTE en lo que haces, cada actividad te traerá recompensas y resultados.
¿Que La lavadora no exprimió? Bueno, ya ejercité mis brazos.
¿No fue suficiente la sesión de la secadora? Hoy les toca aire fresco a las prendas. ¡Qué afortunada soy, al tener un balcón!
A veces, muchas veces, las cosas no van a salir como las habías planeado. Y salir de la rutina, tiene su belleza. Te permite usar la inventiva, la imaginación, la creatividad. Así que, deja de quejarte y mejor resuelve…
Recuerda siempre, querido lector, que somos fractales de universo, que como es adentro es afuera, como es arriba es abajo. Hagamos orden y concierto en nuestro pequeño universo, y éste se reflejará en todo lo que nos rodea.
Con amor y ropa limpia,
Marissa LLergo.