EL MEGA SANTUARIO DE 14 HECTÁREAS TIENE UNA ESTATUA DE APROXIMADAMENTE CUATRO METROS DE ALTURA DEL “APÓSTOL” NAASÓN JOAQUÍN GARCÍA
Una estatua de aproximadamente cuatro metros de altura del “apóstol” Naasón Joaquín García, líder de la iglesia de la Luz del Mundo acusado de pornografía infantil, violación y 26 delitos graves en Estados Unidos, luce imponente al interior de una colonia que se edifica en su nombre en el municipio de Amozoc, y a quien sus fieles discípulos le lloran por su reciente aprehensión.
El megasantuario de 14 hectáreas está cubierto con rejas doradas en las que también han incrustado un par de escudos al estilo heráldico en los que se observan las iniciales de este personaje: NJG, mismas que están decoradas con alas, laureles y una pequeña antorcha.
El terreno -en el que se encuentra activo personal de construcción- está rodeado con paredones y mallas que evitan el acceso público, pues solo los miembros de esta congregación pueden transitar por el lugar.
Este “ecosantuario”, que en 2016 albergó a más 35 mil fieles durante su inauguración, es el recinto más grande de América Latina que la grey de Luz del Mundo posee.
A pesar de ser la sede más importante, el lugar no registra presencia de fieles, pero sí de personal que está alerta ante la presencia de individuos ajenos a la congregación.
Ante la noticia emitida por el fiscal de California, Xavier Becerra, de que había sido detenido Joaquín García por presunto abuso a menores y otros delitos, los pastores de diversos templos en Puebla realizaron una serie de misas para pedir por “la paz y salvación” de su líder supremo.
Aunque en el megasantuario de Puebla no hubo actividad, en otra de las iglesias, ubicada en la misma zona, logró convocar a más de 250 fieles durante cada hora en la que realizaron sus rezos, en los que el llanto era la constante.
Al solicitar la opinión de algunas de las discípulas sobre las acusaciones hacia su líder, de manera inmediata vio de reojo a su pastor y sin más, prefirió seguir de largo para continuar en silencio.
En otra de sus sedes, ubicada en la colonia Clavijero el panorama fue el mismo. La mirada desconfiada ante la presencia de “gente extraña” se hace evidente. Nadie sabe. Nadie habla.
Con información de Maricarmen Hernández e Iván Rodríguez /El Sol de Puebla.