Escribe: Ángel Castillo Torres.
El gran perdedor de las elecciones en nuestro estado es Juan Manuel Carreras López y su partido. El resultado final muestra el tamaño de su derrota. En las elecciones federales y locales el fracaso es monumental.
Para Carreras la elección del 1 de julio fue un plebiscito. Una consulta que permitió a los potosinos manifestar su aprobación o rechazo hacia el gobernador y su partido. El mensaje fue de un marcado desaire. La mayoría de los electores votaron por candidatos y partidos diferentes a los patrocinados por el ocupante de Palacio de Gobierno.
Los potosinos no están satisfechos con su gobernador. Su desempeño ha sido mal calificado en las urnas, fue reprobado. El mandato que expresaron los ciudadanos con su voto le quita poder, le siembra contrapesos y acota sus funciones.
El rechazo que se manifestó el primero de julio es una severa llamada de atención.
Los electores le están diciendo al gobernador que a partir de ahora tendrá que asumir y negociar con los nuevos depositarios de la representación popular una agenda de cambios profundos que sea congruente con las transformaciones que están esperando los ciudadanos. Si el gobernador no se reinventa como líder de una agenda democrática y de cambio seguirá erosionándose su investidura.
Algunos temas en los que el gobernador sale debiendo y provocaron el voto de castigo son: El precario combate a la corrupción. Ejemplo: Las designaciones del “El Fiscal Carnal” y del Fiscal Anticorrupción fueron auténticos monumentos a la simulación y una captura indebida de espacios que deberían ser autónomos. Con estos nombramientos el Sistema Estatal Anticorrupción nació muerto.
La inseguridad que padecemos es otra asignatura pendiente. El gobierno estatal está perdiendo la batalla contra el crimen organizado. Los cientos de ejecutados y feminicidios que se han cometido en los últimos dos años permanecen vivos en la memoria colectiva y provocan indignación. Los niveles de violencia que se viven nos han arrebatado nuestra tradicional tranquilidad provinciana. Esta tragedia ha llenado de luto a miles de familias y es sin duda una de las causas que alimentó el voto de castigo.
Y en cuanto a la incapacidad para combatir la impunidad el mejor ejemplo lo tenemos en la protección institucional que se ha brindado a los responsables de la famosa “Ecuación Corrupta”. Hace ya un año de aquel repugnante acontecimiento y la Fiscalía General del estado sigue cubriendo con un manto protector a los presuntos implicados.
Tampoco se borra de la memoria la desigualdad social que afecta a miles de ciudadanos potosinos. Según estadísticas del Coneval, 49.1 por ciento de la población en el estado vive en pobreza. Somos poco más de 2.8 millones de habitantes de los cuales un millón trecientos mil son pobres. La situación es más terrible para 259 mil potosinos (9.5 por ciento de la población estatal), ya que se encuentran en pobreza extrema. Además, las personas que no pueden cubrir sus necesidades alimentarias ascienden a 590 mil habitantes, 21.6 por ciento de la población del estado. Estas cifras muestran el fracaso de la política social del gobierno de Carreras.
Estos males son los mismos que a nivel nacional hicieron perder al candidato Meade. Por ello 30 millones de mexicanos optaron por un cambio dando la victoria a López Obrador. En 31 de los 32 estados de la república ganó AMLO, incluido San Luis Potosí.
Por otro lado Juan Manuel Carreras como comandante supremo del priismo potosino perdió casi todo en estas elecciones. Sufrió cinco grandes derrotas en las urnas que impactarán su margen de maniobra en lo que resta de su mandato. Veamos:
Primera.- Pierde su candidato a la presidencia de la república (José Antonio Meade).
Segunda.- Su elegido para el Senado, Luis Mahbub, se fue hasta el tercer lugar y quedó fuera de la Cámara Alta.
Tercera.- Sólo tres priistas ganaron una diputación local de mayoría, más dos plurinominales que ya les fueron asignadas hacen un total de cinco. Estos resultados convierten al PRI en un grupo parlamentario marginal, sin poder de decisión. Morena contará con cuatro diputados de mayoría más dos plurinominales, seis en total. El PT dos y el PES uno. En total, la Colación “Juntos Haremos Historia” tendrá nueve legisladores, serán mayoría. El PAN tendrá cinco, el Verde dos, PRD dos, Conciencia Popular uno, Movimiento Ciudadano uno, Nueva Alianza uno.
Cuarta derrota.- Pierde el gobernador y su partido los municipios más importantes del estado: Rioverde, Ciudad Fernández, Ciudad Valles, Xilitla, Aquismón, Tamazunchale, Soledad de Graciano Sánchez, Villa de Reyes, Matehuala y el municipio de San Luis Potosí. El PRI gobierna actualmente 28 Ayuntamientos, luego del desastre electoral que ha sufrido, gobernará sólo 17, todos ellos muy pequeños.
Quinta.- El PRI ganó solo dos diputaciones federales. El primer distrito con cabecera en Matehuala con Sara Rocha Medina y el tercer distrito con cabecera en Rioverde en donde la votación favoreció al controvertido Oscar Bautista Villegas. El PRI cuenta actualmente con cuatro diputados federales. Quiere decir que perdió el 50 por ciento de sus legisladores en esta elección.
Algunos números adicionales muestran el tamaño del desastre para el PRI y su gobernador. En San Luis Potosí Andrés Manuel López Obrador obtuvo 526 mil 033 votos que equivalen al 41.86 por ciento del total. El candidato de Por México al Frente del PAN-PRD-MC, Ricardo Anaya consiguió 334 mil 242 votos que representan al 26.60 por ciento del total de la votación y el candidato del gobernador, José Antonio Meade Kuribreña, obtuvo apenas 260 mil 110 votos, que significan el 20.70 por ciento de la votación válida emitida. En 2015 Juan Manuel Carreras obtuvo la gubernatura con 380,128 votos, el 35.65 % del total de la votación. Es decir, Carreras logró en aquella elección 120 mil votos más que ahora no pudo conseguir para su amigo Pepe Meade. Le falló a su camarada. Quizás por eso en el tricolor se respira un ambiente de funeral.