Al conmemorar los primeros 10 años de los matrimonios igualitarios, Marcelo Ebrard sostuvo que “cada quien tiene derecho de amar a quien quiera”
Al conmemorar la primera década de la aprobación de los matrimonios entre personas del mismo sexo, conocidos como igualitarios, el canciller Marcelo Ebrard Casaubon sostuvo que no es más que el reconocimiento de que “cada quien tiene derecho de amar a quien quiera”.
Expuso que para construir una sociedad libre, igualitaria, próspera y pacífica se debe evitar la persecución, exclusión y discriminación a las personas por las decisiones esenciales que toman en su vida, como es elegir cómo formar una familia y a quién quiere amar, asuntos que no competen al Estado sino a la propia persona.
Ebrard Causabón dijo que México viviría en una contradicción brutal si no se hubiera aprobado la legalidad de los matrimonios igualitarios.
Explicó que en el país existen las disposiciones contra la discriminación y si no existiera esa ley al mismo tiempo “estaríamos tolerando una discriminación brutal, devastadora, como sería negarle a alguien el derecho de formar una familia y escoger a su propia pareja”.
De nada serviría, dijo, “la existencia de todo un conjunto de leyes y artículos constitucionales que promueven y defienden los derechos humanos y que el fin último de todo lo que hace la política es la búsqueda de la felicidad”.
Por ello, consideró que “no podemos tener un colectivo penalizado por la sociedad, por sus preferencias, sus deseos y sus decisiones de a quién van a amar o cómo van a formar su familia, una sociedad que hace eso tiene una contradicción esencial, es una doble moral inaceptable”.
El canciller mexicano señaló que hace 10 años fue muy importante y una decisión de vanguardia el haber aprobado los matrimonios igualitarios, pero hoy se debe dar continuidad y avanzar en lo que falta.
Recordó que hubo quienes pensaron que esa decisión sería el motivo de un desastre electoral; sin embargo, aclaró, “los conservadores se equivocaron y nosotros ya estábamos preparados para la excomunión, pero no fue así”.
Por el contrario, dijo, la medida de aceptar y regular la figura fue muy bien aceptada por los ciudadanos que ratificaron su respaldo a las propuestas en las siguientes elecciones.
Marcelo Ebrard recordó una reflexión que hizo en aquel momento: “ganamos las elecciones para hacer que la sociedad cambie, tenemos mayoría para hacer que los cambios, las transformaciones, las causas progresistas sean convertidas en leyes y en grandes transformaciones.