*El integrante de la comisión Frontera Sur, dijo que se debe garantizar el respeto a los derechos humanos.
* “Tenemos que ser congruentes, así como pedimos el respeto a los migrantes mexicanos que demandamos al vecino país del Norte es y debe ser en reciprocidad y congruencia, el mismo respeto que debemos garantizar a los migrantes que están pasando por México”
Ciudad de México.- El diputado federal, Marcelino Rivera Hernández, integrante de la comisión de Frontera Sur, marco su posicionamiento referente al problema de migración que se vive, y condenó enérgicamente los hechos violentos que se han registrado en los últimos días, tanto de parte de los migrantes como de elementos de la fuerza pública federal y de los representantes de los medios de comunicación quienes cubren la caravana migrante.
Cuestionado al respecto, sobre la situación que se vive en la frontera sur, y que se está haciendo para evitar más atropellos a los derechos humanos, el legislador panista, señaló, -“Considero y lo digo públicamente, tenemos que ser congruentes, así como pedimos el respeto a los migrantes mexicanos que demandamos al vecino país del Norte es y debe ser en reciprocidad y congruencia, el mismo respeto que debemos garantizar a los migrantes que están pasando por México”.
Recalcó que desde su comisión, se está pidiendo que dentro del marco de la ley debe permitirse un acceso ordenado a los migrantes para que soliciten asilo político o estancia legal mediante visa de trabajo, así como también sostuvo que no podemos someternos a presiones externas que vulneren la soberanía nacional, sobre todo cuando se trata del respeto a los derechos humanos”.
Rivera Hernández, exigió a las autoridades federales que se conduzcan con estricto apego a las leyes nacionales y a los Tratados Internacionales en materia de Derechos Humanos, garantizando la salvaguarda de la integridad física de todos y cada uno de los migrantes.
Para finalizar, agregó que los gobiernos que padecen la falta de oportunidades de empleo, con salarios dignos, deben atender las raíces de este problema, mediante el ejercicio democrático del poder a través de gobiernos honestos, eficientes y humanistas, que promuevan la inversión y aprovechen de manera sustentable la vocación de las riquezas naturales y culturales.
