Esa a la que con cariño llamas abuela, un día fue joven, rebelde, aventurera. Un día, así como tú, estuvo llena y plena de sueños e ilusiones.Y aunque te cueste trabajo imaginarlo, vivió muchas cosas.
Durante sus juventud, quizá perteneció al movimiento hippie, con las premisas del amor libre, el pacifismo, la música psicodélica, las drogas “ligeras” el eslogan de “paz y amor” y el movimiento “flower power”.
Vivió la rebeldía, innovación y grandes cambios sociales. Le tocó ver por tv, o quizá hasta en vivo, el asesinato del Presidente Kennedy, la carrera espacial y finalmente los hombres pisando la luna, la Segunda ola feminista, con su quema de brassieres, la guerra fría (que nadie entendió y todos sufrimos), el tristísimo 2 de octubre en la Plaza de Tlaltelolco, (1968), el rompimiento de los Beatles, el desarrollo de las computadoras, la brillantez de la primera ministra Margaret Tatcher en Inglaterra, la caída el muro de Berlín y la reunificación de Alemania, la caída del telón de acero y la desintegración de la URSS, el nacimiento y la muerte del DVD, los primeros clones, el surgimiento del euro, la aprobación de la píldora anticoncepción, Andy Warhol y el Pop Art, el Plastico para todo, hasta en la ropa… Y muchas muchas cosas más.
Probablemente ella vistió camisas de manta, playeras con leyendas, sandalias de plataforma y pantalones con piernas de campana y de elefante, (sin dobladillo), usó grandes hombreras y enormes copetes. También ella se maquillaba, con pestañas de colores o maquillaje oscuro.
Quizá supo lo que era vivir en comunas. Seguramente portó faldas cortísimas, y respondía a las protestas de sus padres con un “traigo shorts debajo”.
También escapó algún día de la escuela. Para irse con sus amigos al parque de diversiones. Y aún así, pasó los semestres y termino los estudios. O no.
Probablemente, Ella comenzó a trabajar muy joven. (en mi caso, a los14). Aprendió muchas cosas “sobre la marcha” como se decía entonces, no sé como se dirá ahora.
¡Hay tantas cosas que no sabes de tu abuela! Ella era el prototipo de lo que ahora llamas “cool”. Ella fue, es y será la persona más fantástica e interesante que puedas conocer.
Como solía decir mi madre, aquí en le mando un enorme abrazo espiritual: “Como te ves, mecí. Como me ves, te verás”
Los años pasan, y el cuerpo se desgasta. Pero no la mente, y mucho menor el ser de luz que habita el cuerpo.
Así que, la próxima vez que mires a tu abuela, recuerda que ella es mucho, mucho más de lo que ves…
Con amor,
Marissa LLergo.