LLAMA EL ARZOBISPO A REFLEXIONAR SOBRE LA POBREZA.
FELIGRESES PARTICIPARON EN EL TRADICIONAL DOMINGO DE RAMOS.
Después de dos años de pandemia y de no llevar acabo las actividades de Semana Santa, este domingo los feligreses participaron en el tradicional Domingo de Ramos, en el que se conmemora la entrada triunfal de Jesucristo a Jerusalén y su aclamación como hijo de Dios, asimismo, la fecha marca también el fin de la Cuaresma y el inicio de la Semana Santa.
Antes de la pandemia, era una tradición que los potosinos se congregaran en la Iglesia “La Compañía”, con el propósito de iniciar con una caminata hacia la Catedral Metropolitana para ejemplificar la entrada del señor Jesús a Jerusalén, sin embargo, como en los últimos dos años, esta actividad no se realizó con el propósito de evitar poner en riesgo a la población.
Cabe recordar que, tras mantenerse San Luis Potosí en el color verde en el semáforo epidemiológico, las actividades se reactivaron, no obstante, el Arzobispo Emérito, Jesús Carlos Cabero Romero, pidió no realizar esta actividad, pero si se llevó a cabo la bendición de los ramos de palma de los feligreses que acudieron a la Catedral Metropolitana.
Asimismo, dijo que en esta Semana Santa se debe utilizar para hacer una reflexión acerca de la pobreza, ya que hay familias que no tienen el recurso suficiente para el sustento.
“A los potosinos seamos solidarios con la vida de los más pobres y necesitados creo que no podemos mirar la Semana Mayor sin dejar de percibir esa solidaridad que Jesús tuvo hacia nosotros, nos rescató del pecado, necesitó para hacernos participe de su vida y su amistad”.
También, pidió hacer el bien y ser bondadosos como Jesucristo, y apoyar a quienes lo necesiten, y que los potosinos sean solidarios con la vida, ayuden y estén atentos a las necesidades de los demás. Indicó que hay que seguir la palabra de Dios, ya que él ayuda y no deja de ayudar a quienes han sido y son pecadores, reiterando el llamado a que la población sea solidaria en estos tiempos que vienen de una época difícil, donde ha habido pérdidas de seres queridos.